Se ofrece una crítica de la literatura que sostiene que el déficit de andrógenos subyace a las disfunciones sexuales de la mujer.
Aunque hay escasas pruebas de que los andrógenos sean los responsables, quedan por investigar muchos aspectos de la actividad androgénica.
Las investigaciones relacionan los niveles séricos de dehidroepiandrosterona (DHEA) con el deseo sexual de la mujer, pero aparentemente no a través de la actividad androgénica de la DHEA.
Se resumen la evaluación y el tratamiento actuales de la disfunción sexual femenina.