La atrofia vulvovaginal (AVV) es una enfermedad crónica que se da sobre todo en mujeres posmenopáusicas. Tras la menopausia, la insuficiencia de hormonas sexuales afecta a la anatomía de la vagina y provoca cambios fisiológicos drásticos.
Los principales estudios histopatológicos de la VVA muestran que la deficiencia de estrógenos posmenopáusica puede provocar el aumento de células intermedias/parabasales, lo que da lugar a la pérdida de lactobacilos, elasticidad y lubricidad, atrofia epitelial vaginal, dolor y sequedad.
Aunque el papel de las hormonas estrógenos en el tratamiento de la VVA ha sido siempre en el pasado, ahora se acepta ampliamente que también depende de los andrógenos. Los medicamentos con estrógenos tienen muchos efectos secundarios. Así pues, la dehidroepiandrosterona(DHEA)es prometedora para el tratamiento de la VVA, especialmente cuando las mujeres con contraindicaciones para los estrógenos presentan síntomas.
Se espera que esta revisión comprenda los últimos avances en la VVA y la eficacia de la DHEA.