Terapia androgénica en mujeres

Se cree que los andrógenos desempeñan un papel biológico importante en las mujeres, sobre todo en la regulación de la libido y la excitación sexual, aunque se desconoce mucho sobre su función en otros sistemas de la mujer.

La testosterona, el andrógeno ovárico primario, se ha utilizado para tratar a mujeres posmenopáusicas cuidadosamente seleccionadas con trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH). Sin embargo, el uso de testosterona en mujeres no ha sido aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos debido a las incertidumbres sobre la eficacia y la seguridad a largo plazo de esta estrategia. La FDA ha aprobado una forma intravaginal del andrógeno suprarrenal dehidroepiandrosterona (DHEA) para tratar el síndrome genitourinario de la menopausia.

En este artículo se revisan los conocimientos actuales sobre el papel de los andrógenos y su uso clínico en la mujer. Se realizó una búsqueda sistemática en PubMed de publicaciones que describieran el papel y el uso clínico de los andrógenos en las mujeres. Se utilizaron los términos de búsqueda «HSDD», «DHEA in women», «testosterone in women» y «androgens in women», y se revisaron la mayoría de las referencias de todos los artículos relevantes.

La mayoría de los ensayos aleatorizados controlados con placebo muestran una mejoría de la función sexual con el tratamiento con dosis bajas de testosterona en mujeres posmenopáusicas seleccionadas con HSDD. Aunque esta estrategia parece ser segura a corto plazo y hasta ahora no han surgido problemas de seguridad importantes, se desconocen los efectos a largo plazo sobre el riesgo cardiovascular y la incidencia de cáncer de mama. Se puede considerar un ensayo de tratamiento con dosis bajas de testosterona en mujeres posmenopáusicas con TDSH cuidadosamente seleccionadas, siempre que se hayan abordado adecuadamente otros factores que contribuyen a la disfunción sexual.

Sin embargo, es necesario asesorar cuidadosamente a las pacientes sobre la falta de datos de seguridad a largo plazo, y se recomienda un estrecho seguimiento clínico y de laboratorio de estas mujeres para evitar dosis suprafisiológicas.

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